Extrayendo la esencia de tu marca: el test de personalidad.
¡Hey, fogater!
Tras la fascinante etapa de inspiración que vimos en el post anterior, aquí empezamos a poner caras, palabras e ideas a todo lo que tenemos en mente. Llega uno de mis momentos favoritos en el proceso de creación de marcas: el retrato chino o, como me gusta llamarlo, el test de personalidad corporativa. No sé qué opinaría Freud al respecto, pero vamos a atrevernos a llamarlo «psicoanálisis en branding».
Adoro entender a las personas, incluso cuando ni ellas mismas saben poner palabras a lo que están sintiendo. Ayudarles a extraer de sus mentes enmarañadas aquello que quieren aportar al mundo es lo más bonito de mi trabajo como consultora de marca.
Esta etapa del proceso necesita empatía, sensibilidad y creatividad para conducir a la persona (o grupo de personas) que tiene la esencia de lo que será la marca en su mente a expresar todo aquello que tiene de especial, pero también lo más cotidiano.
Por lo general, las personas están tan acostumbradas a su trabajo que pierden la perspectiva sobre lo fascinante que puede resultar a ojos de los demás. Necesitamos esa capacidad de maravillarnos, de sorprendernos, de atisbar chispas con capacidad de convertirse en algo diferencial y poderoso… y también comprender por qué las personas hacen lo que hacen y cómo su esfuerzo puede ayudar al mundo.
Una vez que hemos preguntado, requetepreguntado y escuchado con atención reverencial la vida y milagros de las personas en cuestión, con mente analítica y creativa extraeremos cual licuadora el jugo de la entrevista, pondremos orden a las ideas y comenzaremos a relacionar conceptos para dar lugar a otros nuevos que sinteticen la esencia de la marca.
Me gusta acompañar este ejercicio de preguntas existenciales —ya sabes, del estilo de «quién soy, de dónde vengo y adónde voy»— porque, al fin y al cabo, es lo que una marca debe contar.
Este test es de lo más divertido y, además, infinitamente útil y poderoso para definir una personalidad de marca única, con sentido estratégico y que realmente tenga un significado profundo para las personas que forman parte de ella.
El rigor creativo —o creatividad rigurosa, como prefieras— de este proceso hace posible que el cliente se emocione al ver reflejadas tantas cosas en algo tan aparentemente superficial como una identidad corporativa. Y me encanta. Mencantamencanta.
Un ejemplo de test de personalidad corporativa
Como la práctica siempre se entiende mejor que la teoría, aquí va una parte de las respuestas al test que me autoapliqué a la hora de crear la marca Fogata. El burro delante pa’que no se espante.
Si mi marca fuera un medio de transporte, sería un barco, porque me lleva a la idea de libertad, a la brisa del mar, el sol, y para mí eso es VIVIR.
Si fuera un estilo de vestir, sería boho, navajo, el de los viejos rockeros. Atemporales, siempre a la moda sin preocuparse por estarlo. No me interesan las tendencias fugaces.
Si fuera una canción, no podía decidirme por una, así que hice una playlist (escúchala aquí) con canciones que hablan de:
Energía y paz interior tras la lucha, seguridad en mí misma y en lo que hago (Feelin’ good o Ain’t got no, de Nina Simone), o de buscarse la vida, (Fortunate son, de Creedence Clearwater Revival).
Ejemplos icónicos de storytelling (Walk on the wild side, de Lou Reed o Long cool woman, de The Hollies).
Fidelidad a los principios (Old time rock&roll, de Bob Seger).
Amor como fuerza transformadora (Let love be your energy, de Robbie Williams), o la fuerza arrolladora de la justicia poética (Respect, de Aretha Franklin).
Algunas están solo por inspirarme con su puro talento, garra y carisma, como Piece of my heart, de Janis Joplin, o porque mi lado bailongo me lo pide, como Freed from desire de Gala.
Otras, solo por una cuestión de estilo, como Jolene de Dolly Parton o Demasiado corazón de Willy Deville, tan imperfecta como apasionada.
Hay maravillas de El Kanka: cercano, directo y profundo, con el humor y la inteligencia necesarios para tratar temas sesudos sin que lo parezca. También de Blondie, que canta sin preocuparse por sonar bien: autenticidad sin límites autoimpuestos.
Para terminar y no tenerte aquí hasta mañana, por mucho que me guste y me inspire la música, cierro el apartado con odas a nuestra parte salvaje, como I love rock’n roll de Joan Jett & the Blackhearts o Born to die y Blue Jeans de Lana del Rey. Me gustan por su capacidad para crear atmósferas libres de mojigatería. Porque necesitamos dar su punto atractivo y sexy a esto de ser amables, conscientes y sostenibles.
Si mi marca fuera comida, sería algo sano que puedas comer sin remordimientos pero que sea un gustazo. Sabores potentes y hechos con cariño.
Si fuera una fiesta, sería una con los pies en la arena de la playa, un mojito en la mano, buena música y espectáculo con fuego. Para disfrutar con todos los sentidos, sin preocupaciones.
Si fuera una actriz, sería Margot Robbie, por su iniciativa de montar su productora en lugar de esperar sentada a que le lleguen buenos papeles y por su personaje Harley Quinn que, a pesar de todo, conserva su buen corazón, sabe defenderse solita y tiene rollazo.
Si fuera un lugar del mundo, sería Monument Valley: un lugar de historias, leyendas, tremendamente bello, reconocible, hipnótico, pura esencia.
Si fuera un cómic, sería WonderWoman: fiel a sus principios aunque todo el mundo la tome por loca.
Si fuera una peli, sería Intocable, acerca de cómo vivir la vida, con lo que nos toque, de la mejor manera posible. Una historia llena de humor y de amor, sin mojigatería y sin eufemismos.
Si fuera una serie, sería Silicon Valley: porque es una crítica feroz a un ecosistema ridículo, que entra mejor por su sentido del humor.
Si fuera un hobby, sería la jardinería. Te enseña a ser paciente, a perseverar y a nunca dar una planta por muerta. Tu esfuerzo y tu capacidad para confiar tendrá su recompensa.
Si fuera un libro, ya lo sabes si me conoces, sería El libro de la alegría (Dalai Lama y Desmond Tutu). Enseña que para ser amable no hace falta ser un santo, que no hay que martirizarse si no somos perfectos. Simplemente hay que quererse, querer a los demás y tener la firme determinación de dar siempre lo mejor de nosotros mismos. También podría ser ¡Muuu! de David Safier, que a mi entender es una divertidísima fábula que explica el budismo desde el punto de vista de una vaca que se escapa de la granja para no terminar hecha un BigMac.
Si fuera un personaje histórico, sería todo un ejemplo de superación como Helen Keller, activista sordociega.
Si fuera una emoción, sería el amor. La respuesta para todo. Su presencia o ausencia es la causa y consecuencia de cuanto conocemos, la base de este proyecto y mi única manera de entender la vida, el trabajo y el mundo.
¿Cuántos años tendría si fuera una persona? Tendría 35: con las cosas claras, con la madurez suficiente de la experiencia pero con la frescura y el idealismo de la juventud.
Si fuera un animal, sería definitivamente un lobo: una representación de nuestro estado salvaje, de sabiduría interior, inteligencia, astucia, lealtad, generosidad y compasión. La imagen del lobo aullando a la luna me parece una de las más bellas formas de expresión de la naturaleza por su fuerza, su magnetismo, la poderosa libertad que transmite. Se relaciona con la escritura creativa, las inquietudes espirituales y una inclinación por “servir a los que sirven”.
Si fuera un momento del día, serían dos: el amanecer y el atardecer, porque tienen la capacidad de emocionarme cada día.
Para terminar con el test, si mi marca fuera una frase célebre, me quedo con: “Si crees que eres demasiado pequeño para marcar la diferencia, intenta dormir con un mosquito en la habitación”, del Dalai Lama.
MOODBOARD - Muro de inspiración
Reuniendo todas las referencias que tenía en mi mente, el moodboard (o muro de inspiración de mi marca) quedó así:
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN
Resumiendo mucho, analizando todas estas referencias y las ideas que salieron de la etapa anterior (inspiración), salen a relucir algunos conceptos clave:
SALVAJE: la capacidad de conectar con nuestro lado no domesticado, el más natural, primitivo y olvidado. Aprender a escuchar a nuestro cuerpo, a cuidar el entorno, a seguir nuestros instintos más allá de modas y consumo, a vivir con menos y disfrutarlo más, a no olvidar nunca nuestros orígenes.
IRRESISTIBLE: es necesario que las actitudes positivas sean percibidas como atractivas.
BOHO: un estilo relajado y especial.
USA: mi tío me mataría, pero me fascina su estética, su música, su carácter explorador, el talento natural para hacer las cosas bien, el carisma, la idea de que no hay límites: si puedes soñarlo, puedes hacerlo. Plumas, flecos, country, teepees, Monument Valley.
VIDA: vivirla como el regalo que es.
FUEGO: fuente de inspiración en muchos aspectos (lo vimos en el post anterior).
LIBERTAD: para pensar, para hablar, para ser.
AMOR: hacia uno mismo, hacia los demás, hacia el mundo. Amor como fuerza transformadora capaz de todo.
SABIDURÍA: ser mejores cada día a través del conocimiento y del autoconocimiento. El yoga y la meditación ayudan MUCHO.
DISCIPLINA MENTAL: desde el convencimiento del poder de nuestras mentes para ser quienes queremos ser y alcanzar nuestras metas.
ÉTICA: en los negocios, no todo vale.
NO SIGUE MODAS: ¿quién quiere ser efímero pudiendo durar para siempre?
VALIENTES: teniendo claro que valiente es quien se enfrenta a sus miedos.
SENTIDO DEL HUMOR: reflexionar desde un tono distendido que llame a las cosas por su nombre.
FEMINIDAD, entendida como una unión de:
FUERZA,
CARÁCTER,
PASIÓN,
VULNERABILIDAD,
AUTOCONOCIMIENTO,
AUTOCONFIANZA,
SUPERACIÓN,
BELLEZA, en un sentido amplio, no solo exterior,
CAPACIDAD DE HACER GRANDES COSAS y
CAPACIDAD DE DAR MUCHO AMOR.
Estas ideas serán la base para la creación de mi nueva marca. En el próximo post veremos cómo esto, unido a mi estrategia de negocio y al análisis llevado a cabo en etapas anteriores, se plasma en una plataforma estratégica de marca.
¿Has hecho alguna vez este ejercicio? ¿Cómo fue la experiencia?
¡Cuéntame!
Paz, amor y mucha inspiración